lunes, 4 de noviembre de 2013

La infancia creadora

“La infancia es a veces un paraíso perdido. Pero otras veces es un infierno de mierda” – (Mario Benedetti).

Para entender el mundo hay que entender a la infancia. De niños es cuando empezamos a desarrollarnos, empezamos a crecer y abrir los ojos. Conforme crecemos vamos recolectado información, información que con el paso del tiempo nos ayuda a entender más y más. Esta información que nos ayuda a desarrollar el propio entendimiento del mundo la adquirimos (por medio del ocio, la diversión y sobre todo la experimentación) cuando todavía la vida se experimenta. Sin la infancia no podríamos desarrollarnos debido a la falta de las bases del entendimiento, que en un futuro nos sirven para relacionarnos con lo que nos rodea. La infancia no solo son juguetes y diversión, también tiene un peso especial en la persona que la va a definir cuando sea grande.
            El ocio en la infancia es la infancia misma. De chicos no pensamos realmente a futuro, apreciamos de una mejor manera el momento, el tiempo no es una variable que nos mueva el piso. Utilizamos nuestro tiempo para lo que más queramos, yo de niño gastaba la mayor parte jugando fuera de la casa en el jardín y ahora me encanta estar en contacto con la naturaleza, sé que es un argumento muy débil para generalizar que lo que hacemos de chicos se refleja a futuro en nuestros gustos y acciones pero, si analizamos a fondo encontramos que es un patrón muy repetido dentro las variadas sociedades. El ocio se manifiesta como diversión, todo de chicos nos divierte; la infancia es un cuarto lleno de colores, un mundo totalmente diferente al de los adultos que todo lo ve con los ojos de la inocencia.
            La infancia es como un laboratorio en el que podemos experimentar y aprender sin sufrir grandes consecuencias. Al mismo tiempo que llevamos a cabo nuestra diversión estamos experimentando y conociendo; si no tuviéramos este pedazo de vida no podríamos actuar en un futuro, tendríamos miedo de todo. Al mismo tiempo todo lo que vivimos en la infancia es más fácil de olvidar, superar; si sufrimos una pérdida nos duele pero se olvida pronto y entendemos más rápido el proceso de la vida. Cuando somos chicos no entendemos el dicho: porque nos caemos para aprender a levantarnos. La infancia sirve sencillamente para caerse, cuando de niños sufrimos raspones, fracturas, esguinces, todo tipo de golpes, la verdad es que comparando, no el dolor, sino el tiempo de recuperación, de chicos es mucho más rápido el tiempo que requerimos de adultos.
            Una buena infancia es la clave para un desarrollo óptimo de la persona. La familia juega un papel muy importante en la infancia, empezando en las costumbres que inculca en el niño y los privilegios que le provee (como un buen hogar, buena escuela, etc.). Si la familia siembra buenos o malos valores (o costumbres) en el niño, de grande va a reproducir los mismos que le inculcaron. De la misma manera si de pequeños recibimos una buena educación en la casa y la escuela, es muy probable que de grandes seamos ciudadanos que sirvan a la sociedad de manera efectiva y productiva. Una infancia ideal sería en la que todos los días el niño recibe la atención, el cuidado y la educación necesarios de los padres para crear una buena imagen de las cosas y que el niño crezca sin miedos y ganas de actuar y cambiar los defectos de su sociedad. Si la infancia es mala para el niño, va a crecer sin ganas de actuar, desmotivado por su pasado puede estancarse en el conformismo.
            La infancia es el martillo que forja a la espada y le da filo. Si unimos todos los puntos vistos anteriormente claramente se entiende que afectan a la infancia (ya sea positivamente o negativamente). Es por eso que la infancia es tan importante para la persona, si se viven malas experiencias en ella se entiende un mundo muy distinto a que si se viven buenas experiencias. Claro, siempre se puede cambiar esta perspectiva de la vida y la mejor manera es retroalimentándose de todo y al mismo tiempo no dejar que todo influya en uno.
            Cada quien tiene su historia, su manera de ver al mundo y yo quiero compartirles la mía. En mi experiencia les voy a compartir mi más grande vivencia, de chico viví una experiencia bastante fuerte, además de que fue la primera vez que lo experimenté. Cuando tenía cuatro años sufrí la pérdida de mi hermano menor y a decir verdad fue un gran golpe, aunque hoy en día he crecido de una manera enriquecedora, ya que a partir de aquella experiencia he querido encontrar más y más respuestas de la vida y retroalimentarme de muchas maneras de ver la vida. Mi punto es que si uno quiere ser objetivo necesita conocer más y a raíz de mi vivencia he querido ser más y más objetivo para poder conocerme y conocer mí alrededor.


Mapa conceptual de la infancia




COLUMNA I
La autodestrucción inconsciente


¿Qué pasó mayas?
            Este tema es muy complicado, aunque se sabe que la desaparición de los mayas se debió a grandes sequías, no sabemos si las sequías se originaron por la manera de desarrollo de esta civilización.
            Ahora bien, los mayas utilizaban bastante la tala y quema de los árboles para calentar la cal con la que hacían el estuco (un material para la construcción equivalente al cemento para nosotros); además de las hectáreas pérdidas para la agricultura. Como bien sabemos, los mayas solo poseían su mano de obra por lo que talaban árboles del alrededor de las ciudades. Entre más grande era la ciudad más árboles necesitaba y entre más árboles necesitaba, mayor distancia se había que recorrer por ellos. El caso es que cada vez era menos factible la extracción de árboles para quemar. También el hecho de que las deforestaciones ocasionaron un desequilibrio en las precipitaciones elevando la temperatura y alimentando este fenómeno.
            ¿Se habrán dado cuenta los mayas de su final? ¿Acaso lo hicieron pero ya era muy tarde para evitar su fin? ¿Creyeron acaso que nunca les sucedería nada, que los árboles crecerían por siempre? Pueden surgir muchas preguntas como las anteriores y realmente no podemos responderlas con certeza, a menos que claro viajáramos en el tiempo y observáramos lo que sucedió. Bueno quiero dejar al lector la tarea de reflexionar acerca del tema. Cómo es posible que una civilización tan grande y con tantos conocimientos pudiera desaparecer sin anticipar el callejón al que se dirigían inesperada e irremediablemente.



COLUMNA II
La autodestrucción inconsciente


Otros casos en la historia.
            El proceso de conocer empieza por observar, seguido de inteligir y posteriormente se crea un juicio; de otra forma las ideas que se toman son simples prejuicios (ajenos al proceso).
            Volviendo al pasado podemos encontrar varios ejemplos similares a la desaparición de los mayas. Culturas como la que existió en la Isla de Pascua desaparecieron por el mal manejo de sus recursos. Esta cultura utilizaba los árboles de la isla para construir pequeñas canoas y en ellas cazar delfines, además de cuerdas para hacer redes. Siendo un territorio sumamente pequeño y aislado para la vida, los nativos exterminaron por sobreexplotación las especies de árboles necesarias para las canoas y las redes.
            Otro ejemplo es la historia de dominación que se dio en Europa. Analizando las causas y efectos de porque el imperio romano conquistó varios pueblos, fue por la necesidad de recursos, no por nada extendió sus dominios hacia el norte de África y oriente medio (climas más tropicales aptos para la agricultura). A su vez Roma se formó por la conquista de los pueblos latinos provenientes del norte, que emigraron al sur por la necesidad de recursos.
            ¿Por qué Colon descubre América? Castilla necesitaba recursos y la manera de obtenerlos era con India, pero no podían atravesar las tierras por las enemistades que tenían con los demás pueblos. Colon creía, gracias a los estudios de Eratóstenes, que la tierra no era plana y es por eso que la corona de Castilla le cede el permiso de ir y dar la vuelta a la Tierra en busca de la India. Regresa con la mala noticia de no haber encontrado la India, pero con la buena noticia de un mejor lugar (América).
            Como pueden ver muchos acontecimientos se dan alrededor de los recursos, por la necesidad de los mismos. Para todos los acontecimientos hay una causa y un efecto, es cosa de ponerse a observar y no tomar lo dicho por hecho.
            Empiecen a observar.



COLUMNA III
La autodestrucción inconsciente


La sabiduría de pocos.
            Cuando pienso en “La autodestrucción inconsciente” me viene a la mente una muerte triste y penosa, con las ganas de haber hecho aquello que era evidente hacer para no perecer. ¿No sería vergonzoso dejar de estar o ser, desaparecer, por un simple error, un error tan egoísta e inconsciente?
            Muchas veces tendemos a pensar que el pasado es historia; me refiero a que quedó enterrado, olvidado por la tan envolvente sociedad; que ya hasta creemos que está muy distante a nuestros tiempos. Pero ¡oh, sorpresa! Hoy día seguimos reproduciendo errores que como humanos hemos reproducido a lo largo de la historia y que han marcado hasta un modelo social. Como varios historiadores sostienen; los procesos históricos que se dieron a partir de los modelos de conquista, que surgieron con la conquista española en América, son los causantes del Capitalismo.
            Un sistema o régimen económico-social como el Capitalismo, cuyo eje u objetivo principal es el capital (dinero, valor que se le da a las cosas) es un modelo que va a sobreponer esos intereses antes que la vida de la gente o un bien común. Hoy día a raíz de nuestra historia, los humanos vivimos en sociedades que buscan un gran y único objetivo: el dinero, que obtenemos principalmente de la utilidad de la materia prima. Tanta es nuestra lucha por conseguirlo que hemos hecho guerras por su posesión o por estrategia en la demanda del producto en el mercado.
            Un mundo donde es mejor pagar la multa o mordida que encargarse de las consecuencias de nuestras acciones, es un mundo encaminado a extinguirse. La empresas (en su mayoría extranjeras) tienden a irse a países donde la mano de obra es barata y cuando de sus desechos se trata, prefieren pagar la multa por tirar sus residuos en ríos-lagos, que construir plantas para tratarlos y evitar la contaminación que originan sus vertederos. Como ciudadanos preferimos un bien inmediato y estamos fragmentados dentro de nuestra sociedad, ignorantes de los demás.
            Somos pocos los que abrimos nuestros ojos. Simplemente en México sólo el 1% de la población total tiene acceso a la educación superior. Aun teniendo este tipo de educación no es suficiente; yo observo a “mis iguales”, a aquellos con los que comparto ser el 1% y me doy cuenta que siguen siendo ignorantes; por simples acciones como tirar la basura en el piso, arrojar colillas de cigarro al piso, comprar desechables, etc.
            Como sociedad repetimos acciones que arrastramos del pasado y seguimos ciegos a las consecuencias que han tenido. Si de verdad queremos marcar un fin a esa repetición hay que ser conscientes de nuestras acciones y sus repercusiones instantáneas, a futuro y en conjunto. No quiero que el humano solo haya sido otra especie más en la historia.




Recensión de Los niños del cielo

            Los Niños del cielo es una película Iraní, el tema central gira alrededor de una familia de bajos recursos compuesta por el padre, la madre, un hijo y una hija (menor que su hermano).
            El niño, de nombre Ali, pierde los zapatos de su hermana menor Zahra y como ella no tiene otro par y no pueden recurrir a sus padres (debido al castigo y a la situación económica en la que se encuentran), deciden prestarse el calzado de Ali.
            Como se prestan el calzado, Ali empieza a tener problemas en la escuela. Un buen día se entera de una carrera cuyo premio para el tercer lugar es un par de zapatos. Termina ganándola en primer lugar; para su suerte su padre consigue un mejor empleo.
            En general los hijos deciden no contarle a sus papás de la pérdida de los zapatos de Zahra, ya que de hacerlo piensan que serían castigados por su falta de responsabilidad e inconciencia debido a la situación económica de sus padres.
            La relación de los padres con los hijos es bastante exigente pero cariñosa, esto es refiriéndose a las obligaciones que deben realizar los niños como comprar la comida, limpiar la casa, etc. Pero cuando de afecto se trata siempre están unidos, en el hogar, fácilmente se observa como constantemente están forzados a convivir unos con otros. Y en una ocasión el padre se lleva a Ali para que lo acompañe a buscar empleo como jardinero.
            En general la película muestra buenos valores, aun siendo una familia que tiene poco (económicamente hablando) se observa el apoyo entre familiares. También se puede ver la magnitud de los problemas que uno como infante puede llegar a tener y de la determinación, decisión y entrega que les damos.




Autobiografía
            Para empezar esta pequeña semblanza, me gustaría resaltar que: no soy muy bueno recordando aspectos de mí pasado debido a una experiencia que pocos viven a tan temprana edad. De hecho esta experiencia va a resultar ser el centro de mi pequeña autobiografía, expuesta aquí.
            Bueno, primero que nada, nací el 20 de febrero de 1993 en Morelia, Michoacán. Se podría decir, en general, que el contexto donde me desarrollé era bueno, un hermano mayor, otro menor y mis dos padres muy amorosos y atentos. Los primeros 12-13 años (cuando entré a secundaria) viví en la misma casa dentro de un gran fraccionamiento, que en ese entonces era mi más grande fuente de diversión. En fin, a la edad de 4 años, tanto yo como mi familia, sufrimos la pérdida de mi hermano menor (el más chico de los tres) y a partir de ese evento, debido a que era tan pequeño y fue mi primer contacto con la muerte (cosa que para mí era desconocida), mi mente de cierta forma bloqueó y sigue bloqueando parte de mi niñez.
            Las cosas se tornaron distintas a como eran antes, aun cuando a esa edad no lo percaté, ahora sé que sí y me doy cuenta que repercutió y repercute todavía en mis pensamientos, toma de decisiones, relaciones, etc. Los días siguientes a la muerte de mi hermano, mis papás decidieron llevarme a mí y a mi hermano a terapia para lidiar con lo sucedido. Debo creer que de no haber recibido esa ayuda, mi persona en este momento, mi manera de desenvolverme, sería muy distinta a como es ahora e incluso sería una persona totalmente diferente. De cualquier forma, la muerte de mi hermano es algo con lo que siempre voy a vivir y que día a día voy confrontando y, digamos, aceptando.
            En primaria, recuerdo haber pasado muy buenos momentos, ahí conocí a la mayoría de mis mejores amigos, hice incluso mi primera comunión. Debo resaltar que ya no soy cristiano ni nada a raíz de como fue evolucionando mi manera de ver las cosas. Por esas fechas, una perrita que teníamos raza french poodle, se escapó de la casa y nunca más la volvimos a ver. Yo me sentí un tanto responsable por su perdida y siempre solía salir en su búsqueda por todo el fraccionamiento (ya que no quería perder a otro ser querido) y nunca apareció. Creo que la muerte de mi hermano me hizo más empático con la vida de otros y sobretodo con los animales.
            Más adelante, en prepa, fue cuando los problemas volvieron, digamos que durante primaria y secundaria por ser inmaduro no me preguntaba las cosas que ahora me pregunto y que añoro responder. Por decir, todo el tiempo sentía que me hacía falta algo, siempre estaba enojado, pero enojado conmigo, culpándome por qué mi hermano y no yo… nunca lo sabré. Por mucho tiempo esta idea invadió mi cabeza y torno las cosas más oscuras a mi percepción, menos amenas, deje de vivir como quien dice, no disfrutaba las cosas como ahora vuelvo a hacer. En prepa siempre veía a todos o al menos a la mayoría buscando novia y por querer seguir a la mayoría me sentía mal con el hecho de no poder y esto ligado al miedo al rechazo y a la pérdida. Claro que tuve mis experiencias y contactos eróticos, pero nunca una relación.

            Ahora en la universidad, he aprendido más cosas con el transcurso del tiempo y sigo buscando respuestas y formulando más preguntas, aunque me sigue siendo difícil la parte de entregarme en una relación, sigo desenvolviendo y retroalimentándome para llevar a cabo una vida más plena y consciente. Y siempre me pregunto y seguiré preguntando ¿por qué yo no?